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En este portal encontrarás las mejores investigaciones electrónicas de muchos temas de interés. Por ahora nuestra área de análisis son los jóvenes. El tema central girará en las adicciones que día a día se apoderan más de nuestra juventud. Esta investigación se centrará también en el papel que juega la familia, de cómo puede o no ser factor de la caída en adicciones a muy temprana edad. Es para ustedes está investigación, espero y sea de gran utilidad.

Mapa de Investigación


Nuestro Objetivo

Analizar la falta de comunicación intrafamiliar como consecuencia de las adicciones de uno o varios de sus integrantes

Lo que debes saber...

En la actualidad asistimos a una creciente demanda de información sobre los patrones de consumo de drogas en nuestra sociedad, por la problemática social y personal que plantea. Dentro de estos patrones adquieren una mayor importancia los asociados a las pautas de consumo de la adolescencia y juventud, que día con día van en aumento.
Desde la adolescencia los jóvenes, al vivir una etapa de crisis y al tratar de evadir los problemas, buscan salidas fáciles o formas de olvidarlos, una de esas vías son las drogas.
En la medida que las drogas proporciona a los jóvenes una serie de efectos o consecuencias positivas, y el joven los interpreta como un beneficio, dichos efectos se convierten en motivos de consumo.

La juventud, como regla general, no asocia el consumo de drogas con los problemas que de él pueden derivarse, ellos esperan del alcohol cambios positivos globales (facilitador de expresividad emocional, desinhibidor y potenciador de las relaciones sociales, etc.), y a la vez no creen que dicha sustancia tenga consecuencias negativas, influyendo considerablemente en un mayor consumo durante el fin de semana, donde las relaciones interpersonales se intensifican. Por eso anticipar los "efectos positivos" y no las verdaderas consecuencias negativas, conlleva a que se produzca un mayor consumo social.

Por su parte la familia juega un importante papel en la detección de los consumos de drogas en alguno de sus miembros. Con ello se posibilitará un abordaje rápido, evitando que el problema llegue a tener consecuencias mayores. Es muy importante que en la familia exista un diálogo permanente, una amplia y sincera comunicación entre padres e hijos, que permita disminuir las tensiones familiares e identificar situaciones de riesgo, no solo de consumo de drogas, sino también de ansiedad, depresión, frustración. Potenciar la negociación, el apoyo y la búsqueda de soluciones saludables ayuda a lograrlo. Sobre esto abordaremos en esta investigación.

Las adicciones...la falta de comunicación intrafamiliar

INTRODUCCIÓN

En la actualidad el uso y abuso de sustancias adictivas constituye uno de los principales fenómenos que trae una serie de consecuencias adversas en la salud individual, en la integración familiar y en el desarrollo y la estabilidad social. Toda la sociedad está expuesta a las drogas, no hay quien se libre, pero hay grupos más vulnerables que otros a sufrir consecuencias negativas de su uso, como los niños y los jóvenes, quienes pueden truncar su posibilidad de desarrollo personal y de realizar proyectos positivos de vida.
La familia juega un papel importante en estas conductas: las actitudes y patrones de consumo; el tipo y grado de comunicación, respeto y cercanía; la existencia de lineamientos claros y consistentes en las interacciones familiares, de las responsabilidades y atribuciones de cada miembro, contribuyen a aumentar o disminuir los riesgos de consumo del menor. La presencia de una cohesión en la estructura social, familiar y comunitaria, con atención a las necesidades, capacidades y limitaciones de sus miembros, parece contribuir de manera importante a evitar conductas destructivas, violentas, o de transgresión.
Merikangas, Dierker y Fenton (1998), hablan de dos tipos de factores a tener en cuenta, en lo referente a la familia: factores específicos del consumo de drogas y factores generales de un número amplio de conductas problemáticas en la adolescencia.
Entre los factores específicos del consumo de drogas en la adolescencia se encuentran; la exposición a las drogas, los modelados negativos de uso de drogas por parte de los padres y las actitudes de los padres ante las drogas. En cuanto a los factores no específicos, podemos decir que son aquellos que incrementan la vulnerabilidad general a problemas de conducta en la adolescencia. Básicamente se refieren a aspectos relacionados con la estructuración familiar como son la expresión emocional, el grado de conflicto familiar, el estilo educativo o la exposición a estrés.
Podemos decir por tanto, que los procesos de socialización familiar que se dan actualmente, son el resultado de transformaciones progresivas de nuestro sistema de valores, normas y creencias. Por otro lado, este proceso socializador no finaliza con la niñez, sino que se prolonga en la adolescencia, provocando una reformulación, no sólo de las estrategias de socialización, sino también del sistema familiar al completo, para contemplar nuevos referentes como el grupo de iguales, el contexto escolar, los medios de comunicación, etc. De ahí el importante papel que juegan los estilos educativos de los padres, en relación a las consecuencias de una socialización familiar determinada (García y Segura, 2005).

Qué pasa con la comunicación familiar

Sin comunicación la vida no es nada, no somos nada. El diálogo es fundamental en todo tipo de relación interpersonal, y con mayor razón en las familiares.
De la comunicación depende el desarrollo de los hijos y de sus vidas futuras. La comunicación no es simple transmisión de información, sino de sentimientos, pensamientos, ideas y experiencias que nos ayudan a vincularnos con afecto.
Cuando una familia funciona y hay diálogo e interés mutuo, los estudios coinciden en que se produce una dinámica o factor de protección de los individuos que forman la unidad familiar frente al fenómeno del abuso de drogas u otras dependencias, como las ludopatía. (García del Castillo Rodríguez, 2003)
Es obvio que la familia del drogadicto o del consumidor excesivo de alcohol sufre una severa desorganización. Las relaciones comienzan a centrarse en la persona del consumidor de una manera obsesiva, y otros miembros de la familia (especialmente hermanos menores) comienzan a vivir hacia el enfermo una casi trágica ambigüedad afectiva: por un lado sienten amor y lástima por el alcohólico o drogadicto, pero por otro lado no pueden evitar otros sentimientos de rabia y menosprecio, acompañados de un sentimiento generalizado de impotencia. Así, el miembro consumidor de la familia se torna en elemento de discordia, y perturbador de la paz en el seno del hogar.
Por todo lo que llevamos dicho se ve que el drogadicto es alguien que necesita de toda la ayuda de la sociedad, pues se trata de un enfermo social; es un enfermo con el agravante de que ha perdido, en la mayoría de los casos, la fuerza necesaria para sobreponerse a sí mismo (voluntad enferma), y por lo tanto, su recuperación depende en gran medida de la red de apoyo que podamos tender hacia él. (Álvarez rubio, 2010)

¿Los medios de comunicación educan sobre las drogas?


La función de los medios de comunicación masiva puede analizarse con relación al papel que juegan para la sociedad o se puede discutir sobre la influencia que juegan, o deben jugar sobre ella y cuestionar la relevancia de su contenido, sea éste formativo, educativo, informativo, noticioso, de entretenimiento o diversión ¿Pero en realidad cumplen su función de educar?
Los medios de comunicación en general no tienen inconveniente alguno en participar en campañas de prevención, al mismo tiempo que presentan una imagen distorsionada del problema de las drogas ilegales y ofrecen todo tipo de publicidad de drogas legales (Vega A. , 2006) y con esto queda entredicho el papel educativo al momento de tratar las drogas.
Es necesario dotar y generar estrategias de formación y análisis para la población general, con el objetivo de que aprendan a “defenderse” de los efectos de la publicidad que favorece el consumo de las drogas legales, tanto en el formato más tradicional (prensa, radio, TV,) como en el de las nuevas tecnologías (internet, móviles,).

Un problema Social

La drogadicción es un grave problema social. El adolescente, su familia, amistades y la comunidad donde se desarrolla este son los principales perjudicados por esta actividad. Cuando hablamos de adolescentes, estamos hablando de la población que, en el presente tiene entre 12 y 18 años de edad, que está mayoritariamente en la enseñanza secundaria. (Catalán Rivas, 2006)

Existen muchos ejemplos para hacer evidente el peligro social que representan las drogas, y que permiten afirmar con absoluta certeza que, por un lado la sociedad está jugando un papel protagónico en la influencia sobre los adolescentes, y por el otro que es la misma sociedad quien con su apatía discrimina, corroe y humilla a los adolescentes que necesitan de su apoyo y limitan en sus capacidades para desarrollarse íntegramente.

El modelo de familia no ha permanecido ajeno a todos esos cambios. Sin embargo, dicho esto y teniendo en cuenta todos los condicionantes, la familia sigue siendo la principal, o al menos la primera, generadora y transmisora de valores, actitudes, creencias, estilos de vida y comportamientos, que contribuyen de forma importante a determinar el modo en que los hijos se relacionan con las drogas. (Lloret, 2008)

Conclusión


Al realizar esta investigación ha quedado claro que si una familia no está unida y se desmorona, hay muchos puntos para que especialmente niños y adolescentes, pero también padres, caigan en algún tipo de adicción. Si bien la desintegración familiar es una consecuencia, también puede ser una causa de este problema de salud.
Los patrones familiares se repiten, si en nuestro hogar se bebe o se consumen estupefacientes, muy probablemente nuestros niños seguirán el camino. Si la familia está unida, superar este tipo de problemas no será tan complicado. Actuando juntos, no hay que buscar culpables, sino soluciones.
La comunicación familiar es fundamental ante estas situaciones. Evitar el drama y la culpa también. Si el que sufre adicciones es uno de los padres, el otro deberá poner mucho de su parte para superar el problema. Muchas veces hará falta ayuda profesional, otras sólo concienciación familiar, por ejemplo con el tabaco, Internet, la televisión… el apoyo de la pareja puede ser la clave para abandonar esta adicción.
Hay que ponerse en los zapatos del otro. ¿Cómo se vive hoy en muchas familias? ¿Cómo mejorarían esas relaciones familiares? Pudiéramos contestar que son regulares, hace falta diálogo, y no en pocos casos se trata de relaciones demasiado tensas, faltas de sinceridad, que acusan falta de comunicación, y que a pesar de estar bajo el mismo techo se vive solo, que a veces se siente mejor acompañado por el televisor.